1984 ¿Por que es una novela distópica?

Desde hace algunos años el género distópico del cine y la literatura viene arrojando luces acerca de cómo entender los mecanismos de control social que ejerce el poder en las personas. Por ello te ofrecemos acá algunos apuntes acerca de la obra distópica “1984” de G. Orwell.


La literatura de George Orwell está cargada de una fuerte carga predictiva, sus novelas son advertencias claves sobre los peligros en que las ideologías totalitarias pondrían a la humanidad en el futuro. Orwell retrata magistralmente el momento político desde el cual escribe, una Europa inmersa en el comunismo y el fascismo donde las libertades individuales tendían lentamente hacia su desaparición. “1984” es por excelencia una distopía de absoluta vigencia en la actualidad, una pesadilla hecha literatura para entender el mundo en que vivimos.

Frase de George Orwell
Frase célebre de George Orwell

Independientemente de la sociedad  en la que te encuentres, vas a encontrar factores políticos, sociales, económicos o religiosos basados en un discurso radicalmente fundamentalista y fanático, cuyo sostén depende, en buena medida, del control efectivo que puedan ejercer sobre otras personas, suprimiendo en muchos casos al individuo en pro del colectivismo y hasta invadiendo, en muchos casos, la esfera de la vida privada como forma de vigilancia. Por ello, al leer “1984” es posible que encontremos elementos que nos identifiquen con sus personajes y la sociedad en que viven.

La forma en que Estados de muchos países han llevado la guerra contra el terrorismo fomentando el miedo, el terror, y la xenofobia, el cerco de los medios de comunicación sobre “la verdad” y el surgimiento de regímenes colectivistas con tendencias totalitarias en América Latina, resultan verdaderas excusas para volver a Orwell una y otra vez en busca de una guía para preservar al individuo como símbolo de libertad.

El contexto en que vive y escribe Orwell

George Orwell vivio la Guerra civil españa
Portada del Libro “Homenaje a Cataluña” de G. Orwell

Nacido en (1903) el Raj Británico –dominio británico en La India- Orwell se comprometió a temprana edad en contra del imperialismo inglés y a favor de las tendencias ideológicas consideradas revolucionarias en su época, como el comunismo. Sumado a luchas de los obreros franceses e ingleses, más tarde se alistaría en las fuerzas republicanas de la Guerra Civil española.

El mal sabor que dejara en sus ideales políticos el Stalinismo y tras haber presenciado de primera mano lo que había significado para Alemania y el resto de Europa el surgimiento del Nacional Socialismo Alemán o Nazismo, le llevarían a la concepción de un conjunto de obras críticas en contra del totalitarismo en cualquiera de sus modalidades, pero sobre todo, en contra de su variante hitleriana y comunista.

La rebelion de la Granja una obra de George Orwell
Portada de “Rebelión en la Granja” de G. Orwell

Con el mismo tono, Eric Arthur Blair –mejor conocido por su pseudónimo “George Orwell”- va a criticar fuertemente también al gobierno  inglés, cuando en medio de la Segunda Guerra Mundial censuró la obra “Rebelión en la Granja” (1945), una excepcional fábula que retrataba al comunismo soviético como un régimen totalitario que había pasado del igualitarismo a la tiranía. Entonces Inglaterra y la U.R.S.S eran potencias aliadas contra Alemania y el mínimo impasse echaría por tierra la alianza en un momento crucial de la guerra.

Hasta su muerte en Londres (1950) sería un prolífico e incansable escritor. Aunque la mayor parte de su obra está repartida en una profusa cantidad de ensayos, la relevancia de su pluma le vendrá a través de libros como: Sin blanca en París y Londres (1933); Los días de Birmania (1934); La hija del clérigo (1935); Que no muera la aspidistra (1936); El camino a Wigan Pier (1937); Homenaje a Cataluña (1938); Subir a por aire (1939); Rebelión en la granja (1945); 1984 (1949).

La  distopía y lo Orwelliano

Seguramente has escuchado o leído la frase “Orwelliano”, y si no, en algún momento lo harás. Pero lo cierto es que el impacto de las obras de Orwell abiertamente críticas hacia los totalitarismos ha sido tal que cualquier situación social en la que se pongan de manifiesto los modelos y prácticas totalitarias de sus novelas, se tilda con el adjetivo de “Orwelliano”.

distopia de G Orwell
Utopía/Distopía

Lo “Orwelliano”, dada la tendencia temática de Blair, ha venido a confundirse progresivamente con un concepto de reciente data, pero que en parte, sintetiza muy bien los presupuestos expresados en sus libros: La Distopía.

Utopía estrictamente significa “no lugar” o “lugar inexistente”. El carácter de inexistencia de un lugar le viene dado por su idealización, es decir, sólo tiene cabida en el mundo de las ideas. Tan utópica ha sido, por ejemplo, la idea del Paraíso Terrenal de los cristianos,  así como La República platónica, la sociedad ideada por Tomás Moro en su obra “Utopía” de 1516, o la promesa del Comunismo como un punto de la sociedad en el que se alcanzara la absoluta satisfacción de todas las necesidades, y hasta la idea misma de progreso enarbolada por la modernidad, pero, lo que todas tienen en común es que se basan en una promesa clave: la sociedad perfecta.

En ese sentido, la sociedad perfecta ha simbolizado desde siempre un sueño de orden, paz y alegría, donde las personas que la integran viven plenamente en armonía.

Representación utópica de Robert Owen
Representación utópica de Robert Owen (1838), tomado de wikimedia commons

Pero ¿es posible la perfección en las sociedades humanas?

Claramente la respuesta es no. Y el mismo concepto de utopía es explícito al referirse a este tipo de sociedades como ideales e inexistentes. No obstante muchos han sido los gobiernos, líderes (políticos y religiosos), sistemas ideológicos y de creencias que han intentado realizar sus respectivas utopías de lo que creen es su ideal de sociedad perfecta. Estos ensayos se han caracterizado por la puesta en marcha de grandes maquinarias políticas para la consecución de sus fines, los que deben cumplirse cueste lo que cueste.

En síntesis, el principal problema de llevar a cabo las utopías es que requieren de una absoluta homogeneización de los individuos que integran la sociedad, lo que es prácticamente imposible puesto que si algo caracteriza al ser humano es precisamente la diversidad, la variabilidad y las diferencias.

En este punto, a los regímenes (de cualquier índole) que adelantan proyectos utópicos no les queda más remedio, en el proceso de homogeneización del individuo, que controlar, manipular (la verdad), vigilar, formar, reformar, perseguir y hasta eliminar a todos aquellos elementos de la sociedad que no se integren de forma efectiva al plan de perfección social. Y es precisamente allí donde se produce la distopía como derivación necesaria de una sociedad que convirtió un sueño utópico en una pesadilla distópica.

Por tanto la distopía, más que un antónimo, resulta más bien el resultado lógico de toda utopía, y único resultado además, palpable, realizado. Una sociedad gobernada o dirigida por un régimen que intenta suprimir al individuo a través de la regulación ideológica, la colectivización y uniformidad, donde se controla, vigila, persigue y eliminan las diferencias, es por definición una sociedad distópica, una sociedad orwelliana.

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otras ejemplos distópics

Ciertamente 1984 es una novela,  que aunque tal vez el concepto de distopía ni siquiera existía en 1949. Más en efecto, queda esta novela integrada bajo la misma definición de películas relativamente actuales de ciencia ficción como Mad Max (1979), The Matrix (1999, y todas sus secuelas), The Terminator (1984, y todas sus secuelas), y V for Vendetta (2005), por solo nombrar cuatro del amplio espectro de las películas distópicas.

V for Vendetta Película distópica
V for Vendetta

Esta novela escrita por Orwell un año antes de su muerte (1949), ha sido adaptada al cine en dos ocasiones. Una en 1956 bajo la dirección de Michael Anderson y de nuevo en 1984 bajo la dirección de Michael Radfor, sin contar las distintas adaptaciones libres hechas al cine, la televisión, teatro, música y ópera. Lo que hace de esta, una obra universal.

¿Por qué es una distopía 1984?

“1984” es la recreación literaria de una sociedad sometida a un régimen totalitario, en un ficticio año 1984, momento en que se desarrolla toda la trama de la obra.  Resulta una atrayente historia, donde a través de temas como la educación totalitaria, el lavado de cerebro, la manipulación psicológica y del lenguaje, así como la tecnología encaminada al control absoluto de los individuos. George Orwell relata la trágica emancipación de Winston y Julia, una pareja que intenta escapar de un sistema totalitario y represor donde está prohibida la intimidad y el libre pensamiento.

1984 de G Orwells
Portada de 1984 de G Orwells

1. Manipulación de la verdad

Winston Smith –personaje principal- trabaja en el Ministerio de la Verdad. Su principal tarea, en esta dependencia del sistema burocrático del gobierno para el que trabaja, es reescribir la historia, cambiar –irónicamente respecto al nombre del ministerio- la realidad por versiones favorables a los objetivos del gobierno que se imponen sistemáticamente como La Verdad.

Tras años en este trabajo, Smith se hace consciente de que la modificación de la historia llevada a cabo desde su asiento en el trabajo, es tan sólo una parte de la inmensa farsa sobre la que se sostiene su gobierno; descubre entonces la falsificación de la verdad en todas las informaciones procedentes del Partido Único.

Otro de los objetivos del Ministerio de la Verdad, es la imposición de la neolengua, una modificación estructural del idioma hablado, que consiste en la eliminación sistemática de las palabras o la composición de nuevas a partir de la conjunción de las ya existentes. La meta de este gobierno totalitario en este particular, es reducir sustancialmente el número de palabras del idioma, lo que en definitiva reduce las posibilidades del pensamiento en los individuos.

2. “El Gran Hermano te vigila”

El Gran Hermano, líder supremo del Partido Único, usa todos los medios tecnológicos, comunicacionales y de propaganda disponibles para afianzar su omnipresencia.

En cada casa, por ejemplo, es obligatorio tener una telepantalla, un dispositivo audiovisual donde constantemente se transmitían las bondades del gobierno, debía mantenerse encendido este aparato constantemente pues si se apagaba por mucho tiempo podía despertar las sospechas del partido. Además, en los lugares menos pensados, el partido ha sembrado micrófonos a fin de tener oídos hasta en la intimidad del hogar.

1984 Georrge Orwell adaptación cinematográfica
Telepantalla, escena de la adaptación cinematográfica de 1984

3. El amor lleva a la resistencia

En su ansia de evadir la omnipresente vigilancia del Gran Hermano, Winston se enamora de Julia, una joven rebelde que cuestiona, en silencio al igual que él, todo el aparato del régimen. A través de su relación, ambos se vuelven contra una sociedad que les vigila constantemente y les prohíbe el más mínimo desliz carnal fuera de un matrimonio patrocinado por el Partido.

Emblema del Partido Único 1984
Emblema del Partido Único “1984”

En búsqueda de otros disidentes clandestinos del gobierno,  Winston y Julia se afilian a la Hermandad, un supuesto grupo de resistencia dirigido por Emmanuel Goldstein, autor de un libro, o especie de catecismo de la resistencia, a través del cual Winston llegar a comprender los mecanismos del doblepensar uno de los instrumentos de control más efectivos del partido de gobernante.

El doblepensar es la técnica comunicacional, educativa e intelectual más importante del gobierno totalitario, le permite moldear el razonamiento de las personas por más contradictorios que sean los datos y los argumentos, noticias que de un día para otro son cambiadas, manipuladas o simplemente eliminadas con tal precisión quirúrgica que nadie, o casi nadie, se da por enterado.

Sobre el mecanismo del doblepensar podemos citar este revelador fragmento del capítulo IV de la tercera parte de la novela:

“Se planteaba proposiciones como estas: ‘El Partido dice que la tierra no es redonda’, y se ejercitaba en no entender los argumentos que contradecían esta proposición. No era fácil. Había que tener una gran facultad para improvisar y razonar. Por ejemplo, los problemas aritméticos derivados de la afirmación dos y dos son cinco requerían de una preparación intelectual de que él carecía. Además, para ello se necesitaba una mentalidad atlética, por decirlo así. La habilidad de emplear la lógica en un determinado momento y al siguiente desconocer los más absurdos errores lógicos.”  

4. Tortura: la quiebra del individuo

Descubiertos por el Ministerio del Amor -aparato represor del gobierno-  los protagonistas son encerrados por la Policía del Pensamiento acusados de fornicación y crimental –en neolengua, la impuesta por el gobierno desde el Ministerio de la Verdad, crímenes de la mente- y sometidos a tortura física y psicológica.

escena tortura de la adaptación cinematográfica 1984
Tortura, escena de la adaptación cinematográfica de 1984.

Con siniestra inteligencia y con una aguda preparación en los menesteres de la tortura, quienes deben llevarla a cabo saben cómo reducir y quebrar el espíritu del torturado, el objetivo es–como lo expresa textualmente la novela- no que obedezcan al Gran Hermano, sino que terminen amándolo.

En esta reveladora escena –capítulo III de la tercera parte- el torturador le pregunta a Winston:

“…-Vamos a ver, Winston, ¿cómo afirma un hombre su poder sobre otro?

Winston pensó un poco y respondió: – Haciéndole sufrir.

– Exactamente. Haciéndole sufrir. No basta con la obediencia. Si no sufre, ¿cómo vas a estar seguro de que obedece tu voluntad y no la suya propia? El poder radica en infligir dolor y humillación. El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus y volverlos a construir dándoles nuevas formas elegidas por ti.”

vídeo (resumen de la novela 1984 de Orwell):

Finalmente, cabe que te preguntes: ¿Vives en una sociedad orwelliana? Entonces, si no lo has hecho, comienza ya a leer “1984” la emblemática obra de George Orwell donde encontrarás interesantes claves para desmontar la lógica de los sistemas totalitarios, claves que casi ochenta años después, este estupendo autor británico nos sigue ofreciendo para entender el mundo en el que vivimos.

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Es historiador, graduado de la Universidad de Los Andes (Venezuela) en el 2011, se desempeña como docente e investigador en el área de Ciencias Sociales.

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