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¿Por qué el miedo a amar es una fobia?

Antes de continuar, hay que afirmar que la palabra fobia, entre varias definiciones tiene (RAE):
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Aversión exagerada a alguien o a algo.
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Temor angustioso e incontrolable ante ciertos actos, ideas, objetos o situaciones, que se sabe absurdo y se aproxima a la obsesión.
Excusas para no amar

Como se mencionó al principio, para algunos, la persona que padece filofobia podría ser considerada extremadamente cobarde o extremadamente valiente. Para la inmensa mayoría de personas les parece imposible, y a la vez impensable que alguien pueda temer tanto por el hecho de tener una relación sentimental con alguien más, pero la realidad es que es más que probable de lo que se piensa. A pesar de no ser un fenómeno tan común, es un tema estudiado y verificado por numerosos interesados en el asunto, desde la óptica neurocientífica, psicológica, psiquiátrica y hasta sociológica. Lo cierto es que los tentáculos de la Filofobia abarcan mucho más que solo el amor, ya que se extiende hacia un temor excesivo a relacionarse románticamente con una persona, o simplemente relacionarse demasiado con cualquiera.
El horror llega a ser tan intenso que la persona siente auténticos síntomas de ansiedad, como abundante sudoración y cambios significativos en su conducta, con solo notar que aquella persona de la cual se sentían atraídos en un primer lugar, intenta comunicarse con ellos a través de un mensaje de texto o una simple llamada telefónica.
Uno de los patrones más comunes para los filofóbicos, es el de crear una especie de fantasía irreal en la cual inventan situaciones de relaciones inalcanzables para utilizarlas como justificaciones de no poder sentir nada el uno por el otro, ya sea por factores de distancia, familia o cosas que realmente no serían un impedimento en circunstancias habituales de la vida en parejas.
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Dada la naturaleza de esta fobia, es completamente normal que las relaciones terminen una y otra vez en un ciclo sin fin de tristes sollozos de ansiedad, pues no es raro que una vez que las relaciones entren en un estado más serio, los filofóbicos opten por desligarse completamente de las ataduras y prefieran la indiferencia antes de verse cara a cara con su mayor enemigo, llegando a un punto en el que la otra persona se ve obligada a terminar la relación, debido a la falta de atención recibida. Algunos podrían creer que estas actitudes no son adecuadas para nadie, pero es válido destacar que esta fobia se comporta de la misma manera en la que reaccionaría un aracnofóbico a un pequeño amiguito de ocho patas, pero en vez de gritar, la persona combate internamente para sobrellevar sus pesares de la mejor manera posible, utilizando sus propios instrumentos de defensa mental y física, y por sobre todo, su alejamiento.
¿Se puede tratar la filofobia?

Afortunadamente, la respuesta a esta interrogante es afirmativa, ya que, como se mencionó antes, al tratarse de una fobia, la psicología se encarga de manejarlas con una variedad de terapias. Es importante tratar esta fobia con el mayor cuidado posible, ya que se recuerda que el amor no solo puede brindarse a personas que sean potenciales parejas, sino que también se inclina a familiares y amigos cercanos, por lo tanto, si la persona se descuida o no toma importancia a su situación, podría estar encaminándose a un futuro en el cual quede completamente recluido de su círculo social, creando un cascarón de soledad y desolación.
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Como toda afección humana, es muy difícil salir ileso sin reclutar apoyo, por lo tanto, se recomienda a las personas que encajen en este perfil, que no oculten estos miedos, pues expresar lo que se lleva por dentro se encarga precisamente de liberar la presión sentimental que habita en nuestro ser. Así mismo, es importante, luego de expresar y aceptar que se padece de este fenómeno, darse el tiempo necesario para que, junto con apoyo y compresión, el miedo pueda apaciguarse, logrando que poco a poco se cree una especie de confianza que le brinde al individuo la fuerza necesaria para seguir adelante en ese, y en varios de los aspectos afectuosos de su vida.
Del mismo modo, si se desea o la fobia llega a niveles muy extremos, existen ayudas psicológicas que abarcan más que solo una charla de una hora.
Los tratamientos psicológicos se basan principalmente en un enfoque hacia un trastorno de ansiedad provocado seguramente por algún acontecimiento desagradable del pasado, familiar o externo, la persona requiere de un tratamiento acorde a su condición actual, pero los más comunes suelen ser la programación neurolingüística, la terapia cognitivo-conductual, entre otros.
Cabe destacar que en estos casos, si se llega a necesitar una intervención psicológica por razones de empeoramiento, dicha atención deberá ser frecuente y estar reforzada con dedicación. Recordemos que el amor es en sí mismo inevitable.