LOS 5 MEJORES POEMAS ESCRITOS DESDE LA RESISTENCIA

La poesía es un permanente acto de resistencia, pero hay poemas escritos en los momentos más duros de sus creadores, momentos en los que por más fuerte que caiga el golpe de la opresión, no es suficiente aún para aplastar las palabras que el poeta nos dejó a la posteridad como denuncia y como testimonio.


 Presentamos una selección de cinco poemas escritos en y para la resistencia, un conjunto de versos contextualizados en las vivencias del poeta sometido a prisión, tortura, exilio y hasta el testimonio palpable de las horas antes de su fusilamiento. Evidentemente es una selección que no pretende agotar la inmensa lista de poemas y poetas que bajo las más diversas circunstancias políticas adversas, produjeron conmovedoras piezas de arte para recordarnos que el horror de la guerra, el fanatismo y la opresión nos acecha siempre a la vuelta de la esquina.

1. Cuando los Nazis vinieron por los comunistas, de Martin Niemöller: un poema contra la indiferencia

Martin Niemoller

Martin Niemöller, un pastor alemán de la Iglesia Luterana, se hizo mundialmente conocido por su activismo antibelicista después de la Segunda Guerra Mundial y sobre todo tras haber pronunciado en 1946 su célebre sermón “¿qué hubiera dicho jesuscristo?” en el que se encuentran las palabras que, para muchos, representan un verdadero poema y que posteriormente sería conocido como Cuando los Nazis vinieron por los comunistas.

Este poema representa un lamento y una advertencia acerca las consecuencias de la indiferencia política frente a las injusticias, al no hacerle frente a las tiranías a tiempo antes de que desaten todo su potencial de horror. Niemöller, quien al principio había apoyado el incipiente movimiento político Nacional Socialista liderado por Adolf Hitler, en 1933 se convertiría en un disidente de la dictadura tras los constantes ataques del régimen contra su iglesia, sus duras críticas le costarían la cárcel y su reclusión en un campo de concentración desde 1937 hasta 1945.

Según el poema, su experiencia como adepto al nacional socialismo alemán le hizo un indiferente ante las injusticias cometidas contra otros sectores de la sociedad, pero la historia le cambió cuando Hitler comienza sus intentos de nazificar las iglesias protestantes de Alemania. El poema es como sigue:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.


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2. Yo te nombro, libertad, de Paul Èluard: la resistencia a la invasión

paul eluard

Este un poema escrito en 1942 por el poeta francés Paul Èluard en el contexto de la resistencia francesa contra la ocupación Nazi. Estos versos que le valieron a Èluard tener que permanecer a partir de entonces en la clandestinidad, fueron lanzados desde aviones ingleses sobre la Francia ocupada de la época y se convirtieron en un ícono de la resistencia armada contra el totalitarismo y la ocupación. El texto del poema es como sigue:

Por el pájaro enjaulado
Por el pez en la pecera
Por mi amigo que esta preso
Por que ha dicho lo que piensa

Por las flores arrancadas
Por la hierba pisoteada
Por los arboles podados
Por los cuerpos torturados
Yo te nombro Libertad

Por los dientes apretados
Por la rabia contenida
Por el nudo en la garganta
Por las bocas que no cantan

Por el beso clandestino
Por el verso censurado
Por el joven exilado
Por los nombres prohibidos
Yo te nombro Libertad

poesia y libertad

Te nombro en nombre de todos
Por tu nombre verdadero
Te nombro y cuando oscurece
cuando nadie me ve

Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad

Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad
Tu nombre verdadero
Tu nombre y otros nombres
que no nombro por temor

Por la idea perseguida
Por los golpes recibidos
Por aquel que no resiste
Por aquellos que se esconden

Por el miedo que te tienen
Por tus pasos que vigilan
Por la forma en que te atacan
Por los hijos que te matan
Yo te nombro Libertad

Por las tierras invadidas,
Por los pueblos conquistados
Por la gente sometida
Por los hombres explotados

Por los muertos en la hoguera
Por el justo ajusticiado
Por el héroe asesinado
Por los fuegos apagados
Yo te nombro Libertad

Te nombro en nombre de todo
Por tu nombre verdadero
Te nombre cuando oscurece
cuando nadie me ve

Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad

Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad

Tu nombre verdadero
Tu nombre y otros nombres
Que no nombro por temor
Yo te nombro Libertad

3. Salmo 5, de Ernesto Cardenal: un poema contra las dictaduras

ernesto cardenal

La obra poética de Ernesto Cardenal (1925), que arranca desde 1957 hasta la actualidad, está revestida de un indiscutible sabor de rebeldía. Este sacerdote, teólogo y poeta nicaragüense se ha destacado como uno de los más férreos defensores de la Teología de la Liberación, por su apoyo al Frente Sandinista de Liberación Nacional y por su polémica vida sacerdotal cargada de subversión política.

Sus radicales ideas teológicas hicieron que en 1984, en el contexto de la Guerra Fría, el Papa Juan Pablo II le suspendiera, junto con otros sacerdotes nicaragüenses, del ejercicio del sacerdocio, y no fue sino hasta el 2014 cuando el Papa Francisco I revocara dicha sanción, acción que no reconcilió a Cardenal con la institución eclesiástica.

Sus poemas son la expresión de una marcada resistencia contra la dictadura impuesta en Nicaragua desde 1936 hasta 1979 por la llamada dinastía Somoza, un régimen autoritario de carácter militar liderado por Anastasio Somoza y sus hijos, que suprimió las libertades políticas y civiles en ese país. Ernesto Cardenal participaría en la Revolución de Abril un movimiento armado cívico-militar que 1954 intentó derrocar a la dictadura infructuosamente. Te mostramos acá uno de sus más emblemáticos poemas:

Escucha mis palabras oh Señor
Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gángster.

No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa

Hablan de paz en sus discursos
mientras aumentan su producción de guerra

Hablan de paz en las Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra

Sus radios mentirosos rugen toda la noche

Sus escritorios están llenos de planes criminales
y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes

Hablan con la boca de las ametralladoras
sus lenguas relucientes
son las bayonetas…
Castígalos oh Dios
malogra su política
confunde sus memorándums
impide sus programas

A la hora de la Sirena de Alarma
tú estarás conmigo
tú serás mi refugio el día de la Bomba

Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
tú lo bendices
lo rodeas con tu amor
como con tanques blindados.

escrito en libertad


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4. Hombre preso que mira a su hijo, de Mario Benedetti: un poema en el exilio

mario benedetti

Mario Benedetti es uno de los poetas más leídos de América Latina, con una profusa obra poética y narrativa que alcanzó más de ochenta libros, su producción literaria ha sido traducida a más de veinte idiomas. Natural de Uruguay, participó activamente en los movimientos de izquierda que hacían vida en su país durante la década del sesenta del siglo XX, perteneciendo al Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros y representante del Movimiento de Independientes 26 de Marzo.

Su marcado activismo político le haría padecer en carne propia el exilio a lo largo de una década, entre 1973 y 1983, cuando se instalara en Uruguay una dictadura cívico-militar que terminó por eliminar las libertades políticas e individuales así como la usurpación de las fuerzas armadas nacionales de las funciones propias de funcionarios electos democráticamente. Esta dictadura encabezada por Juan María Bordaberry el sector militar, condujo al país a uno de los más cruentos autoritarismos dictatoriales del continente, en el que, el exilio, la censura, la tortura y la muerte fueron el destino común de los disidentes y opositores. La obra poética de Benedetti está impregnada de su exilio y representa un canto solidario para con sus compañeros oprimidos por el régimen militar. Al respecto, acá te brindamos una muestra:

Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quien se le ocurría en un país
donde los presidentes andaban sin capangas.

Que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos.

Realmente no sabían un corno
pobrecitos creían que libertad
era tan solo una palabra aguda
que muerte era tan solo grave o llana
y cárceles por suerte una palabra esdrújula.

Olvidaban poner el acento en el hombre.

La culpa no era exactamente de ellos
sino de otros más duros y siniestros
y estos sí
cómo nos ensartaron
en la limpia república verbal
cómo idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros
y cómo nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles.

Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote
de menos.

Por eso es que no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos.

carcel

Vos ya sabés que tuve que elegir otros juegos
y que los jugué en serio.

Y jugué por ejemplo a los ladrones
y los ladrones eran policías.

Y jugué por ejemplo a la escondida
y si te descubrían te mataban
y jugué a la mancha
y era de sangre.

Botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides.

Por eso no te oculto que me dieron picana
que casi me revientan los riñones
todas estas llagas, hinchazones y heridas
que tus ojos redondos
miran hipnotizados
son durísimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre.

Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló
o puteó como un loco
que es una linda forma de callar.

Que tu viejo olvidó todos los números
(por eso no podría ayudarte en las tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos.

Y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en qué esquina
en qué bar
qué parada
qué casa.

Y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar.

Una cosa es morirse de dolor
y otra cosa es morirse de vergüenza.

Por eso ahora
me podés preguntar
y sobre todo
puedo yo responder.

Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere.

Llora nomás botija
son macanas
que los hombres no lloran
aquí lloramos todos.

Gritamos, berreamos, moqueamos, chillamos, maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.

Llorá
pero no olvides.

5. Somos cinco mil, de Víctor Jara: un poema de resistencia en la tortura

En el marco de las más cruentas dictaduras militares del cono sur del continente americano, encontramos la conducida en Chile por el general Augusto Pinochet.

victor jara
Victor Jara

 Luego de perpetrar uno de los más dramáticos golpes militares en el que las fuerzas armadas bombardearon el palacio presidencial de La Moneda (Santiago) en el que murió el presidente Salvador Allende, los días subsiguientes al ataque producido el 11 de septiembre de 1973 significaron una de las cacerías y depuraciones más crueles de la historia de chile contra sector político alguno. En una ciudad como Santiago, los militares hicieron del Estadio Nacional de Chile un verdadero campo de concentración donde recluyeron, torturaron y fusilaron a centenares de hombres y mujeres vinculados o afectos al gobierno de Allende o a los partidos considerados de izquierda.

Víctor Jara, quizás el cantautor más emblemático de este país hasta la actualidad, fue testigo y victima de este drama. Hecho prisionero es llevado al Estadio Nacional de Chile donde fue torturado y fusilado por los militares. Antes de morir y en medio del horror vivido, escribirá su último poema, un testimonio de esos días nefastos:

Somos cinco mil aquí.

En esta pequeña parte de la ciudad.

Somos cinco mil.

¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?

Somos aquí diez mil manos
que siembran y hacen andar las fábricas.

¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!

Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.

Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.

Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores,
uno saltando al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte.

¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!

Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.

¿Es éste el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?

En estas cuatro murallas sólo existe un número que no progresa.
Que lentamente querrá la muerte.

Pero de pronto me golpea la consciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona lleno de dulzura.

¿Y Méjico, Cuba, y el mundo?
¡Qué griten esta ignominia!

Somos diez mil manos que no producen.
¿Cuántos somos en toda la patria?

La sangre del Compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.

Así golpeará nuestro puño nuevamente.
Canto, que mal me sales
cuando tengo que cantar espanto.

Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto.

De verme entre tantos y tantos momentos del infinito
en que el silencio y el grito son las metas de este canto.

Lo que nunca vi, lo que he sentido y lo que siento
hará brotar el momento…

escrito, rebelion y sangre

Video enlace cortometraje “somos cinco mil”:

Martin Niemöller,  Paul Èluard,  Eernesto Cardenal, Mario Benedetti y Víctor Jara, son sólo algunos de los poetas que desde su compromiso ideológico plasmaron situaciones indeseables para la dignidad humana. De seguro conoces poemas o poetas en resistencia que consideras son de los mejores, no dudes en comentarnos y compartirlos con nosotros.


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Por Néstor D. Rojas López

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Es historiador, graduado de la Universidad de Los Andes (Venezuela) en el 2011, se desempeña como docente e investigador en el área de Ciencias Sociales.

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