Los poemas vanguardistas son poemas que nacieron de algunas corrientes literarias del siglo XX y que tienen como peculiaridad principal ser de carácter experimental rompiendo los protocolos al momento de crear un poema tradicional.
Tienen un estilo libre y muy innovador que no se guía por los factores tradicionales. Entre sus características principales destaca, además de su contenido, su presentación; que no es tradicional, más bien, pueden ser extremadamente llamativos por sus formas como vínculos, creando imágenes como botellas, caras de animales, rostros, objetos y el uso de palabras que no existen, sin conexión, ni recursos gramaticales, además de su contenido o temática, sin sentido figurativo. Fue creado en Europa donde los escritores expresaban sus ideas políticas y muchos temas directamente relacionados con la sociedad, la humanidad, compromisos, entre otros. Utilizando metáforas muy sutiles.
Poemas vanguardistas
1. “El Adiós” de Guillermo Apollinaire
Recogí esta brizna en la nieve Recuerda aquel otoño En breve No nos veremos más Yo muero Olor del tiempo brizna leve Recuerda siempre que te espero.
2. “Mar” de Filippo Tomasso Marinetti
¡Oh grande, rebelde y feroz mar! Mar vengador, mar como huele incoloro… ¡Anda! ¡salta! saltar con salto elástico hasta las nubes, hasta el cenit. ¡Y luego botar y rebotar, sin cansarte como una enorme bola! ¡Inundar orillas, puertos, muelles, agachados como búfalos bajos sus retorcidos cuernos de humo! … Aplasta, oh mar, las ciudades con sus corredores de catacumbas y aplasta eternamente a los viles, los idiotas y los abstemios, y siega, siega de un solo golpe las espaldas inclinadas de tu cosecha. Machucar los pozos de los millonarios, tocándolos como tambores, y lanzar, lanzar, mar vengador, nuestros cráneos explosivos entre las piernas de los reyes. Y decid, Vagabundos y bandidos si no es este el boliche que esperabais.
3. “Agosto” de 1914” de Vicente Huidobro
Es la vendimia de las fronteras Tras el horizonte algo ocurre En la horca de la aurora son colgadas todas las ciudades Las ciudades que husmean como pipas Halalí Halalí Pero esta no es una canción. Los hombres se alejan.
4. “Una Rosa y Milton” de Jorge Luis Borges
De las generaciones de las rosas Que en el fondo del tiempo se han perdido Quiero que una se salve del olvido, Una sin marca o signo entre las cosas Que fueron. El destino me depara Este don de nombrar por vez primera Esa flor silenciosa, la postrera Rosa que Milton acercó a su cara, Sin verla. Oh tú bermeja o amarilla O blanca rosa de un jardín borrado, Deja mágicamente tu pasado. Inmemorial y en este verso brilla, Oro, sangre o marfil o tenebrosa Como en sus manos, invisible rosa.
5. “Poema XX” de Pablo Neruda
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”. El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
6. “Nocturno III” de José Asunción Silva
Una noche Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas, Una noche En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas, A mi lado, lentamente, contra mí ceñida toda, Muda y pálida Como si un presentimiento de amarguras infinitas Hasta el más secreto fondo de tus fibras se agitará, Por la senda que atraviesa la llanura florecida Caminabas, Y la luna llena Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca. Y tu sombra Fina y lánguida, Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectadas Sobre las arenas tristes De la senda se juntaban Y eran una Y eran una ¡Y eran una sola sombra larga! ¡Y eran una sola sombra larga! ¡Y eran una sola sombra larga! Esta noche Solo, el alma Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte, Separado de ti misma por la sombra, por el tiempo y la distancia, Por el infinito negro Donde nuestra voz no alcanza, Solo y mudo Por la senda caminaba. Y se oían los ladridos de los perros a la luna, A la luna pálida, Y el chillido De las ranas Sentí frío. Era el frío que tenían en tu alcoba Tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas Entre las blancuras níveas De las mortuorias sábanas. Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte, Era el frío de la nada. Y mi sombra Por los rayos de la luna proyectada Iba sola Iba sola Iba sola por la estepa solitaria. Y tu sombra esbelta y ágil; Fina y lánguida Como en esa noche tibia de la muerta primavera, Como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de música de alas, Se acercó y marchó con ella, Se acercó y marchó con ella, Se acercó y marchó con ella… ¡Oh, las sombras enlazadas! ¡Oh las sombras que se juntan y se buscan en las noches de negruras y de lágrimas!
7. “Corazón, corona y espejo” de Guillaume Apollinaire

8. “Recién llegado de Dieuze” de Guillaume Apollinaire

9. “Triángulo armónico” de Vicente Huidobro

10. “Fresco Nipon” de Vicente Huidobro

11. “Girandula” de Guillermo de Torre
