¿Cómo ayudan las normas en nuestro desarrollo humano?

Cuando se habla de normas, por lo general se hace referencia a un conjunto de reglas establecidas y aceptadas por la sociedad, que se emplean principalmente para regular el comportamiento y la conducta de sus miembros garantizando el orden. Esta serie de normativas pueden variar desde leyes o regulaciones gubernamentales hasta normas culturales y sociales más o menos populares. A menudo es sencillo pensar que las normas son restricciones que afectan directamente a nuestra libertad tanto individual como colectiva, pero en realidad, estas juegan un papel fundamental en nuestro desarrollo humano. Hoy en Procrastina Fácil nos centraremos en desglosar este amplio concepto.

Las normas son casi tan antiguas como el hombre mismo, sin embargo, constantemente nos vemos obligados a aceptar una gran cantidad de nuevas reglas, tareas y recomendaciones que surgen dentro de las sociedades debido a los avances que se presentan de manera acelerada en los últimos años. Como sabemos las normativas son capaces de abarcar ámbitos bastante generales como también algunos más concretos, en otras palabras, cada una de ellas puede servir tanto a nivel mundial como para un país, una ciudad o aldea, una familia o, incluso, a nivel personal.

Diferentes estudiosos del tema están de acuerdo en que su objetivo principal es el de mantener un bienestar colectivo y por supuesto controlar aquellas conductas “negativas” o “dañinas” para los demás. Por lo tanto, las normas tienen la función de establecer a grandes rasgos lo que es considerado como lo correcto y qué no lo es. Si lo vemos desde un punto de vista general, nos daremos cuenta de que las normas proporcionan estructura y organización en la vida cotidiana, ya que desde nuestra llegada al mundo nos regimos por diferentes reglamentos que establecen, por ejemplo, horarios o momentos específicos para levantarnos, comer, trabajar o descansar. Esta serie de normativas nos ayudan principalmente a establecer una rutina y darnos la sensación de orden, lo que es particularmente sustancial para los infantes, quienes necesitan de una estructura clara para desarrollarse adecuadamente.

Las normas y el beneficio al desarrollo humano

1. En lo social:

Ahora bien, en un ámbito social y emocional, seremos capaces de apreciar que las normas desempeñan un papel indispensable al momento de desarrollar habilidades sociales, ya que estas marcan la pauta al individuo para saber cómo debe comportarse en diferentes situaciones y cuál es la manera correcta de interactuar con las demás personas a su alrededor, resaltando, por ejemplo, la capacidad de generar a través del respeto, empatía y consideración relaciones afectivas, saludables y satisfactorias. Esto, a su vez, promueve el bienestar emocional y social del sujeto y su entorno.

Por otro lado, las reglas también ayudan a forjar herramientas de regulación emocional. Por ejemplo, cuando se siguen las normas de conducta o convivencia en situaciones estresantes e incómodas, la persona será capaz de controlar sus reacciones para responder de manera calmada ante estas situaciones. Siguiendo con esta línea, las normas son de gran utilidad a la hora de desarrollar habilidades de negociación y resolución de conflictos, ya que al tratar a los demás con respeto, aprendemos a resolver los problemas de manera pacífica y efectiva, encontrando a través del diálogo soluciones que sean aceptables para todos los involucrados.

A pesar de lo que se pueda creer, vivir en un mundo estructurado por reglas no nos arrebata nuestra identidad como individuos, al contrario, según variados estudios, las normas facilitan el desarrollo del sentido de pertenencia y compatibilidad, ya que al seguir las pautas de un círculo, ya sea de tipo cultural, religioso o político, somos capaces de conectarnos con nuestros pares y, por ende, desarrollamos una identidad compartida que nos da un sentido de pertenencia y comunidad. Esto, a su vez, promueve nuestra salud mental y emocional como personas naturalmente sociales. Aunque pueden parecer restrictivas en un principio, las normas son una fuente de seguridad y estabilidad en nuestra vida diaria, lo que nos permite crecer y desarrollarnos de manera saludable y satisfactoria.

Las siguientes normas sociales se estiman como algunas de las más importantes en relación al desarrollo humano:

  • Respetar los derechos y la dignidad de todas las personas.
  • Promover la igualdad y la no discriminación.
  • Fomentar la justicia social.
  • Promover la cooperación y la solidaridad.
  • Resolver los conflictos de manera pacífica.
  • Proteger el medio ambiente.
  • Promover la responsabilidad social.
  • Fomentar la participación ciudadana.
  • Respetar la diversidad cultural.

2. En lo personal:

Como mencionamos anteriormente, las normas son esenciales para nuestro desarrollo social pero también personal, ya que nos guían a la hora de definir nuestros valores y principios como individuos.

En el momento en el que decidimos seguir los parámetros previamente establecidos por la sociedad, aprendemos a actuar de manera responsable, consciente y ética en nuestras relaciones con los demás, construyendo una identidad personal fuerte y coherente que nos ayuda a tomar decisiones acertadas y a enfrentar los desafíos de la vida con plena confianza, al mismo tiempo que podemos identificar a través de estas las áreas de nuestra existencia en las que queremos mejorar y establecer de esta manera objetivos realistas para nuestro crecimiento y desarrollo personal.

Las normas también pueden ser de gran utilidad a la hora de superar obstáculos y desafíos, ya que nos proporcionan un marco de referencia sólido para tomar decisiones importantes y actuar con determinación. Si enfocamos nuestra atención en el concepto de valores aprendidos a través de las normas, nos encontramos con la definición de las “normas éticas”, las cuales son adquiridas tanto en la escuela como en la religión, siendo las responsables de generar y fomentar el sentido de responsabilidad social en los individuos, refiriéndose a la idea de que cada uno de nosotros, como parte de un todo, tenemos de cierta manera el compromiso de actuar inteligentemente en nuestra vida de forma que nuestros actos contribuyan al bien de la sociedad.

Es por esta razón que cuando seguimos las normas éticas, aprendemos a proceder de manera cuidadosa, responsable y a tomar decisiones que tengan en cuenta el bienestar del común, dejando de lado la idea egoísta que busca solo la satisfacción personal, dando como resultado sujetos más empáticos y preocupados por el prójimo. Algunos pensadores consideran que el establecimiento de normas personales, a manera de código o modo de vida, pueden promover el desarrollo personal:

  • Establecer metas y objetivos claros.
  • Practicar el autocuidado.
  • Aprender y crecer continuamente.
  • Desarrollar habilidades de comunicación efectivas.
  • Practicar la empatía y la compasión.
  • Desarrollar una mentalidad positiva.
  • Asumir la responsabilidad de sus acciones.
  • Contribuir a su comunidad.
  • Perdonar a los demás y a usted mismo.
  • Vivir el presente.

3. En lo laboral:

Es bien sabido que el uso de las normas es esencial para el buen funcionamiento de una empresa, ya que establecen un marco de referencia que define y regula el comportamiento y las decisiones de los empleados. Por lo general, las normativas de este tipo deben basarse en valores como la honestidad, la integridad y la responsabilidad, para mantener la confianza de los clientes y la reputación de la compañía. De igual forma, pueden ser útiles al momento de establecer una estructura organizativa eficiente, marcando las pautas de comunicación y coordinación entre los diferentes departamentos y niveles de la empresa, lo que resulta en un mejor trabajo en equipo y facilita el cumplimiento de los objetivos y metas de la organización de manera eficiente.

Además, las normas ayudan a garantizar la justicia y la equidad en el lugar de trabajo. El estándar de igualdad de oportunidades establece parámetros que aseguran que todos los empleados tengan las mismas oportunidades y recursos para alcanzar el éxito en la empresa. Al seguir estos estándares, los empleados aprenden a valorar la diversidad y a trabajar juntos de manera justa y equitativa, lo que contribuye a la cohesión y al éxito de la compañía.

En el ambiente laboral, más que normas, se tratan de garantías tanto por parte del empleador como entre los diferentes miembros del equipo laboral, en las que podemos mencionar:

  • Creando un lugar de trabajo seguro y saludable.
  • Promoviendo la igualdad y la no discriminación.
  • Garantizando un salario digno y prestaciones justas.
  • Fomentando el trabajo decente.
  • Protegiendo los derechos de los trabajadores.
  • Promoviendo la participación de los trabajadores.
  • Garantizando el cumplimiento de las normas laborales.
  • Adaptándose a las nuevas realidades del trabajo.

4. Educación:

La educación en normas comienza desde la infancia. Inculcar valores como la honestidad, el respeto y la justicia desde una edad temprana es esencial para formar ciudadanos responsables y compasivos. Además, la educación sobre derechos y deberes legales prepara a los jóvenes para participar activamente en la sociedad, fomentando una ciudadanía informada y comprometida. Considerando que la educación comienza desde las primeras etapas de la vida y, si se busca, puede extenderse durante toda una vida completa, el desarrollo humano se vincularía a las siguientes normas:

  • Garantizar el acceso universal a una educación de calidad.
  • Promover la equidad e inclusión en la educación.
  • Fomentar la educación integral.
  • Centrarse en el aprendizaje de los estudiantes.
  • Evaluar el aprendizaje de manera efectiva.
  • Fortalecer la profesión docente.
  • Promover la innovación educativa.
  • Promover la educación a lo largo de la vida.
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Estudiante de Periodismo, Tv Host y Locutor

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