Estructura de una obra de teatro (Explicada)

El Teatro es una de las manifestaciones más antiguas en la historia del hombre, junto con la religión, ciencia y filosofía. Desde los tiempos de la Grecia Clásica las representaciones teatrales van a jugar un papel importante en la evolución de las sociedades, bien sea para alabar las formas culturales, religiosas y políticas que la constituyen o para poner en entredicho – e inclusive rechazar – las mismas.

El espacio teatral ha dado infinidad de ilustres en esta materia, dramaturgos que a pesar del pasar de los años guardan una vigencia monumental en el mundo de hoy en día, en nuestro siglo XXI. Algunos de ellos son: Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes, Plauto, Moliere, Racine, Schiller, Bertolt Brecht, Lope de Vega, Calderón de la Barca, García Lorca, entre otros. Estos son algunos nombres de los que todavía resuenan a la hora de utilizar el arte del teatro para desenmarañar las estructuras sociales.

Conociendo la influencia de este arte en el devenir humano es que Procastina trae los elementos y la estructura tradicional de una obra teatral.

teatro

Elementos de una obra de teatro

Tradicionalmente los elementos que encontramos en una obra teatral son los siguientes:

  1. Los Personajes: Son ellos los encargados de hilar las diversas situaciones que se dan en el transcurso de la obra. Existen personajes principales, secundarios y terciarios. Suele ocurrir que un mismo actor interprete más de un personaje.
  2. Escenario: Es el lugar donde se desarrolla la obra. Este goza de una decoración (figuras, pintura, utilería) con la finalidad de captar inmediatamente el interés del público presente.
  3. Objetos: Son elementos que sirven para apoyar la acción que se está realizando. Pueden estar presentes en el escenario o ser utilizados por los actores.
  4. Telón: Cortina o franja de tela, cuando se baja indicas el final de un acto y cuando se alza nos indica el comienzo del siguiente.
  5. Música: Puede ser en vivo o pregrabada – no todas las obras de teatro utilizan este recurso – y sirve para darle más realismo al ambiente.
  6. Público: No forma parte de la obra, aunque realizaciones como “El extraño viaje de Simón el Malo” (José Ignacio Cabrujas) y otras obras suelen poner a alguno(s) de sus personajes a interactuar con el público.
obra de teatro

Estructura de la Obra

Las obras teatrales suelen presentar una estructura particular – que las diferencia de las realizaciones del cine y la televisión. Esta estructura suele conformarse de la siguiente manera: A. Según el desarrollo de los acontecimientos: Presentación, Desarrollo, Clímax, Desenlace. B. Según la perspectiva de ordenamiento formal:  Acto, Escena, Cuadro. Cada uno de ellos va a responder a momentos exactos del drama.

A. Según el desarrollo de los acontecimientos

a.1. Presentación: Comúnmente se platea desde dos perspectivas antagónicas – representadas por los protagonistas -: bien y mal, autonomismo-heteronomismo, tradición-modernidad, liberalismo-conservadurismo.

a.2. Desarrollo: Es donde se van mostrando las resoluciones de los conflictos planteados en la presentación de la obra. Aquí vamos observando la evolución de los personajes y sus posturas a nivel psicológico, filosófico, sociológico, ético, etc. En el desarrollo se confrontan las fuerzas opuestas.

a.3. Clímax: Es el punto de mayor tensión en la obra y donde se muestra si el conflicto planteado puede ser resuelto o terminará sin resolución alguna.

a.4. Desenlace: es el final, donde se descubre si las fuerzas opuestas han logrado armonizarse o extienden su discordia. Depende del género (trágico, cómico, etc.) el desenlace puede variar desde lo risible hasta lo lamentable, desde la aceptación a la reprobación.

A continuación utilizaremos la obra La Zapatera Prodigiosa de Federico García Lorca, para ejemplificar la estructura expuesta:

Personajes: Zapatera, Vecina Roja, Vecina Morada, Vecina Negra, Vecina Verde, Vecina Amarilla, Beata 1, Beata 2, Sacristana, El Autor, Zapatero, El Niño, Don Mirlo, Mozo de la Faja, Mozo del Sombrero, Curas y Pueblo.

a.1. Presentación (Ejemplo):

Cortina gris. Aparece el Autor. Sale rápidamente. Lleva una carta en la mano.

EL AUTOR.

Respetable público… (Pausa.) No; respetable público, no; público solamente, y no es que el autor no considere al público respetable, todo lo contrario, sino que detrás de esta palabra hay como un delicado temblor de miedo y una especie de súplica para que el auditorio sea generoso con la mímica de los actores y el artificio del ingenio. El poeta no pide benevolencia, sino atención, una vez que ha saltado hace mucho tiempo la barra espinosa de miedo que los autores tienen a la sala…

a.2. Desarrollo (Ejemplo):

ZAPATERA.

Vamos! Quieres decirme lo que pasa? Pronto!

NIÑO.

Ay! Pues, mira…, tu marido, el zapatero, se ha ido para no volver más.

ZAPATERA. (Aterrada.)

Cómo?

NIÑO.

Sí, sí, eso ha dicho en mi casa antes de montarse en la diligencia, que lo he visto yo…, y nos encargó que te lo dijéramos y ya lo sabe todo el pueblo…

ZAPATERA. (Sentándose desplomada.)

No es posible, esto no es posible! Yo no lo creo!

NIÑO.

Sí que es verdad, no me regañes!

ZAPATERA. (Levantándose hecha una furia y dando fuertes pisotadas en el suelo)

Y me da este pago? Y me da este pago?

(El NIÑO se refugia detrás de la mesa)

TENEMOS PARA TI: ACOTACIONES EN EL TEATRO

a.3. Clímax (Ejemplo):

ZAPATERA.

Nunca se rinde la que, como yo, está sostenida por el amor y la honradez. Soy capaz de seguir así hasta que se vuelva cana toda mi mata de pelo.

ZAPATERO. (Conmovido, avanzando hacia ella.)

Ay…

ZAPATERA.

Qué le pasa?

ZAPATERO.

Me emociono.

a.4. Desenlace (Ejemplo):

ZAPATERA.

Corremundos! Ay, cómo me alegro de que hayas venido! Qué vida te voy a dar! Ni la Inquisición! Ni los templarios de Roma!

ZAPATERO. (En el banquillo.)

Casa de mi felicidad!

(Las coplas se oyen cerquísima. Los VECINOS aparecen en la ventana.)

VOCES. (Dentro.)

Quién te compra, zapatera,

el paño de tus vestidos

y esas chambras de Batista

con encaje de bolillos?

Ya la corteja el Alcalde,

ya la corteja Don Mirlo.

Zapatera, zapatera,

zapatera, te has lucido!

[….]

Telón.

actores

B. Según la perspectiva del ordenamiento formal

b.1. Acto: se trata de cada una de las partes – principales – en las cuales se encuentra dividida la obra.

b.2. Escena: Esta insertada en el acto, es un fragmento de él. El inicio y final de una escena la van a determinar la entrada y salida de uno o varios actores.

b.3. Cuadro: Aquí juega una vital importancia la escenografía, ya que cada cambio de cuadro va a depender del tipo de escenografía que se utilice en la obra. En otras palabras, cada cuadro cambia conforme cambie la escenografía en la realización teatral.

Se tomará como ejemplo la obra del dramaturgo venezolano José Ignacio Cabrujas, El día que me quieras, para ejemplifocar esta estructura.

Personajes: María Luisa Ancízar, Pío Miranda, Elvira Ancízar, Matilde, Plácido Ancízar, Alfredo Le Pera y Carlos Gardel.

b.1. Acto (Ejemplo):

Primer tiempo

Rubias de Nueva York

La sala y el patio de las Ancízar a las doce del día. Un reloj Junghans suena y es la única exactitud del lugar. El resto es árabe y fantasioso: jarrones dorados, mariposas, cerámicas, pastorcillos pálidos, lotos, bambúes y delicadezas. María Luisa está sentada en un sofá vienés. Pío Miranda, a su lado, observa el albañal del patio. María Luisa sonríe vagamente percatándose de Pío, a quien olvidó hace unos minutos.

b.2. Escena (Ejemplo):

Entra Pío Miranda.

PÍO.- Matilde, dónde está Elvira?

PLÁCIDO.- Pio convéncela…

MATILDE.- Se sintió mal y se fue a su cuarto, Pío. Por qué no hablas con ella mañana, después del recital?

PÍO.- Gardel no me divide la historia.

[…]

Matilde sale. Plácido guarda cuidadosamente el disco de Gardel.

b.3. Cuadro (Ejemplo):

Desde la cocina se escucha una hecatombe de copas y platos rotos.

GARDEL (Alzando la voz).- Suerte, Matilde! Aquí estoy, Elvira!

Pálidas y temblorosas ingresan al patio de las Ancízar, Elvira y Matilde seguidas de María Luisa.

ELVIRA (Después de una larga pausa).- Nunca lo dudé! Y ahora puedo decir, por lo más sagrado de este mundo, que valía la pena haber vivido cincuenta y seis largos años y una traición, hasta esta noche de gloria. Disculpa la humildad de nuestra casa y nuestra torpeza en atenderte. Matilde y yo ensayamos una reverencia en tu honor, porque no es posible recibirte con las buenas noches de cada día.

actuación

Recursos Paraverbales

En los textos dramáticos, los recursos paraverbales corresponden a indicaciones del autor, las que van entre paréntesis e indican alguna actitud o algún movimiento realizado por determinado personaje. Los dos puntos (:) manifiestan, al igual que en el género narrativo, la introducción de un parlamento. Antes de ellos va el nombre del personaje y después lo dicho por éste. La seguidilla de nombres y dos puntos estructuran un diálogo. También el guión de parlamento o raya se utiliza para tal efecto.

10 de las obras más importantes de la historia del teatro y que sirven como ejemplo para adentrarse en este arte

10. Edipo Rey (Sófocles)

Considerada por Aristóteles en su Poética como la tragedia por excelencia. Esta obra narra las desdichas que va a comenzar a sufrir Edipo, a partir de la peste que azota a Tebas. Una serie de acontecimientos suceden al tratar de descubrir el por qué los dioses se han empeñado con castigar a la ciudad. Al final se conoce que la peste se debe a que Tebas protege dentro de sus murallas a un parricida, este no es otro que su rey, el propio Edipo. Al saberse asesino de su padre y que ha casado con su madre, Yocasta, el desdichado hombre de los “pies torcidos”, el que derrotó a la cruel esfinge, decide sacarse los ojos y vivir en la ignominia.

9. Ranas (Aristófanes)

El primer gran cómico del teatro, quien enseña la importancia de la comedia como motor de crítica y cambio de la sociedad, este es Aristófanes. Las “Ranas” es una de sus obras más representativas. En ella, el propio dios Dionisos decide bajar al Hades a buscar a Eurípides, ya que considera que la escena trágica griega a quedado vacía con la muerte del creador del “Hipólito”. En las moradas del Hades se encuentran riñendo Esquilo y el mencionado Eurípides por ver quién ha sido el mejor escritor de tragedias. Al final, Dionisos termina por revivir a Esquilo, en una forma de expresar Aristófanes la importancia de la tradición por sobre los nuevos avances que representaba Eurípides y con los cuales él no compaginaba demasiado.

8. Romeo y Julieta (William Shakespeare)

La magistral obra de amor del maestro de Inglaterra, Shakespeare, Romeo y Julieta es la historia de la pasión prohibida entre los dos jóvenes amantes de Verona unidos por la llama del amor pero separados por la rivalidad entre sus familias: Los Montescos y los Capuleto. Al final, en búsqueda de que el amor triunfe por sobre el odio, los dos amantes deciden idear un plan que les garantice el triunfo; sin embargo, una adversidad en el camino lleva a que la bella Julieta a no enterarse de la falsa muerte de su Romeo, y el sepulcro falso de este se termina convirtiendo en el verdadero de ambos cuando primero ella y luego él se quitan la vida por ese azar del destino que les imposibilitó el plan de su huida.

7. Hamlet (William Shakespeare)

“Ser o no ser” esa es probablemente la frase más famosa del teatro y corresponde al genio de Stratford. Aparece nuevamente William Shakespeare en nuestra lista, pero ahora con la historia de Hamlet, el príncipe de Dinamarca que busca vengar a su padre – recordándonos a aquel Oreste esquileo – sin importarle que en la venganza de su sangre y para con su sangre este su propia aniquilación. Sin duda, la más hermosa de las obras de Shakespeare, es considerada un clásico y un monumento de la cultura universal.

6. Fausto (Johann W. Goethe)

Si Shakespeare es un maestro legado de los ingleses para la eternidad, lo mismo ha de aplicarse para los alemanes y Goethe. El creador de esta obra – que aunque escrita para teatro, por su propia extensión su autor consideraba irrealizable bajo un escenario – nos da dos de los personajes más lindos, enigmáticos y controversiales que pueda conocer la historia de la literatura: Fausto y Mefistófeles. El viejo que quiere una segunda oportunidad y el diablo que se la otorga, el Fausto es una obra que ha trascendido la mera imaginación literaria y ha sido analizada desde diferentes aspectos como el filosófico, psicológico y ético, entre otros.

monólogo

5. La Celestina (Fernando de Rojas)

Es una de las obras más reconocidas del teatro, donde se retrata el violento amor entre Calisto y Melibea, ofuscado por las siniestras tramas de La Celestina y los sirvientes de Calisto, Sempronio y Pármeno. Elaborada en 1499, este clásico sentó los cimientos de la novela y el teatro que hoy conocemos.

4. Don Juan Tenorio (José Zorrilla)

El hombre que pasó por encima de la razón y desafío a todo y todos, consigue en el amor una indulgencia ante su osadía para con el mundo. Un drama romántico de 1844 donde el protagonista logra el perdón divino y se salva del infierno gracias al amor que profesa por Doña Inés, algo que en versiones anteriores no ocurría. Es una obra que suele representarse a nivel popular en la primera noche del mes de noviembre.

3. La vida es sueño (Pedro Calderón de la Barca)

El drama de Segismundo, aquel bello hombre tan agobiado y angustiado por no entender porque si soy condición era superior a la de los demás él debía vivir preso mientras los pájaros volaban en completa libertad. Calderón de la Barca, uno de los representantes más sobresalientes del “siglo de oro” de las letras hispánicas, nos deja una paradoja ética a través del sufrimiento de su personaje principal, una inquietud que también es del hombre actual que a veces solo le queda por definir la vida en un frenesí, en una ficción donde los sueños solo eso son, sueños.

2. Animales Feroces (Isaac Chocrón)

Isaac Chocrón perteneciente a la Santísima Trinidad del teatro contemporáneo venezolano – junto a José Ignacio Cabrujas y Román Chalbaud – nos deja Animales Feroces, la historia de Ismael, aquel profesor perturbado en su interioridad que decide acabar con su vida a manera de liberación para sí y castigo para los que quedan. En esta obra, el autor se adentra en la complejidad del alma humana, tan difícil de comprender que no necesariamente la exterioridad hace brotar lo que hace ebullición en nuestros adentros. Constituye una de las mejores realizaciones del teatro venezolano y latinoamericano.

1. La casa de Bernarda Alba (Federico García Lorca)

La trilogía rural lorquiana debió culminar con una obra intitulada La destrucción de Sodoma, pero su autor nunca la llegó a terminar. En cambio, si culminó La casa de Bernarda Alba; en ella expone García Lorca el eterno problema entre los que buscan liberarse, los que nos quieren liberarse y se resignan, y los que pretenden siempre someter a los demás. Ambientada en esa España tan rural, tan eclesiástica y tan condenada a permanecer en la quietud, el poeta granadino nos hace saber con María Josefa y Adela los senderos que debería afrontar el país ibérico ante el sometimiento de tantas Bernardas. El problema trasciende y se hace presente en la piel del hombre actual con la dicotomía entre el autonomismo moral y el heteronomismo moral, dos fuerzas que chocan continuamente y que hasta ahora no han logrado armonizarse.

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Escritor, músico y Profesor de la Universidad de los Andes

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