3 Teorías de la Lingüística

En primer término, la lingüística es una disciplina estudiada científicamente desde el siglo XIX, cuando se considera que surgieron las indagaciones formales respecto al lenguaje en el hemisferio occidental. Las principales teorías del lenguaje en la época de 1800 se conocen como: el historicismo, por una parte, y el comparativismo, por otra. Estas dos corrientes no se deben desligar, dado que al comparar lenguas antiguas, es necesario hacer un recuento histórico.

Las peculiaridades más relevantes de las corrientes antes mencionadas fueron, entre otras, su reacción contra el clasicismo y el racionalismo que las precedieron, la aparición de la ley de Grimm con la que se comenzó a establecer las vinculaciones parciales entre sonidos de diferentes lenguas y el principio de la regularidad del cambio fonético descubierto por los neogramáticos. En suma, el comparativismo y el historicismo se podrían considerar las corrientes lingüísticas precursoras del panorama lingüístico presente, es decir, el que comprende el periodo transcurrido desde principios del siglo XX hasta hoy.

¿Qué es la lingüística?

Se define como el estudio que comprende tanto la estructura de las lenguas nativas, así como todos los aspectos relacionados con ella. La lingüística moderna fue fuertemente tocada por los estudios desarrollados por parte de Ferdinand de Saussure en el siglo XIX y que arrojó el concepto que actualmente se maneja. La lingüística también aborda el habla, vista como es un proceso mental, y como tal, el individuo debe capacitarse en su crecimiento para desarrollar aptitudes del habla.

En síntesis, la lingüística estudia la capacidad comunicativa que poseen los humanos y todos los aspectos de una lengua como manifestación concreta de esa capacidad. Hasta el nacimiento y funciones lingüísticas como la ciencia, la gramática fue tradicionalmente la que asumió el estudio de la lengua. Dentro de las ciencias que involucra a la lingüística se puede mencionar la sintaxis, la lexicografía, la teoría de la lingüística, la morfología y la ortografía, entre otras.

Teorías de la lingüística

Se dice que la lingüística se comenzó a contemplar mediante textos asociados a la gramática que eran provenientes de la India. Lugar de donde surgió el escrito “Astadhiai”. En esta obra literaria se da un concepto rudimentario de gramática del sánscrito, también su morfología y fonología. Sin embargo, los exploradores con mayor profundidad del análisis lingüístico en el otro lado del mundo fueron los griegos, ellos ya poseían conocimiento de la existencia de las lenguas foráneas, pero no le suministraron la dedicación que ameritaba. Solo un hombre consintió el origen extranjero de innegables palabras y ese fue Platón.

Los romanos adquirieron la sapiencia aportada por los griegos en este ámbito. Se orientaron hacia el análisis extenso del latín, idioma que instituyeron en todos los territorios que lograron conquistar. En la actualidad, son cuatro las escuelas de la lingüística aceptadas formalmente en el mundo occidental, como las que aportan información suficiente y relevante para el estudio de la lengua y estas son:

Diferencias entre lenguaje escrito y oral

Escuela estructuralista:

Esta aparece a partir de 1916, en ese tiempo los estudiantes de Saussure compilaron y publicaron los apuntes de sus jornadas de enseñanza, utilizando el nombre de “Curso de Lingüística general”. Las aportaciones de esta corriente se basan en sentar el hecho de que la lengua no es un todo sino que tiene diferentes compuestos y hay dicotomías entre ellos, tales como: sincronía/diacronía, y la de lengua/habla.

En lo concerniente a la primera de ellas, Saussure reflexiona que una lingüística sincrónica es aquella representante del estudio del estado de la lengua, es decir, del aspecto paralizado, mientras tanto lingüística diacrónica es la que debe estudiar y analizar los diferentes progresos o cambios de una lengua.

Sobre los cambios del habla Saussure distinguía: cambio fonológico, se da cuando se transfigura el contenido diferencial de las fuentes y la colocación de estas; por su parte, cambio fonético hace referencia directamente a los sonidos, que pueden cambiar de conformidad con la región en la que se pronuncien las palabras. Otro cambio relevante es el léxico-semántico, este se refiere tanto al significado de las palabras como a las formas léxicas y grafías escritas de la lengua, y por último se encuentra el cambio morfológico-sintáctico, el cual es indicativo de la forma, gramática, sintaxis y estructura de la lengua.

Respecto a la segunda división, la referente a lengua/habla, Saussure vislumbra a la lengua como un transporte para llevar a cabo o desarrollar el proceso comunicativo, es decir, él la veía como el código que una persona no puede trastornar. Mientras que el habla, por el contrario, es la lectura y/o interpretación del mensaje, representa la utilización de la lengua por el individuo, lo cual es una actividad que puede mutar con el transcurrir del tiempo, ya sea por un cambio generacional o por el olvido de la palabra o porque sea reemplazada por un coloquialismo. De acuerdo con la perspectiva de Saussure, el objeto último del lingüista está en la lengua de un conjunto social, pero esta idea es inaceptable para lingüistas sucesores. Si bien es cierto, a Saussure se le reconoce como el padre del estructuralismo, es adecuado nombrar a otro conglomerado de exponentes que decidieron continuar con trabajos de esta corriente.

Ferdinad Saussure

Por lo que respecta al estructuralismo europeo, es indispensable marcar en primer lugar al conocido el Círculo Lingüístico de Praga, entre los integrantes más notables se encuentran: N. Trubetzkoy y R. Jakobson. Este último fue quien añadió que la selección de cada lengua de unos rasgos distintivos u otros no es al azar, y que entre éstos existe una jerarquía que coincide con el orden cronológico en que el niño adquiere los sonidos. Trubetzkoy y Jakobson habían sido parte precedentemente del Círculo Lingüístico de Moscú, pero el progreso idealista del Círculo de Praga fue realmente contundente para el estructuralismo y fue allí donde Trubetzkoy y Jakobson, a partir del 1926, arrojaron algunas de sus más significativas aportaciones a la lingüística.

Escuela de Ginebra:

Sus más connotativos actores son Bally y Sechehaye, ambos también fueron pupilos de Saussure en su momento. La mayor singularidad de esta teoría es la negación del estructuralismo diacrónico y postulando la teoría del signo, la cual se basa en describir al signo lingüístico como una entidad a la cual la mente humana le asigna una función. El signo es una figura compuesta por un concepto o significado y por una imagen acústica o significante, determinándose por su arbitrariedad en el sentido de que no hay vínculo, ni interno ni necesario, de un significado y significante. Esta idea no hace más que exponer la noción de signo que se origina en la antigüedad clásica, en torno a la reflexión sobre el significado de las palabras, reflexión motivada como tantas otras aportaciones del pensamiento griego a la filosofía y a la ciencia occidentales.  

Otro de los conjuntos pertenecientes a esta escuela que no se debe pasar por alto es el Círculo Lingüístico de Copenhague, cuya figura más relevante es Hjelmslev, quien postuló el concepto de la glosemática. Este ve a la lengua como forma pura, carente de materia; por ende, los estudios neurálgicos no se centrarán en los fonemas, sino los sememas, se trata de unidades mínimas de expresión desprovistas de sustancia. En conclusión, Hjelmslev no se detiene en reflexiones filosóficas sobre la sustancia y la forma. Por otro lado, esta corriente de pensamiento lingüístico también toca las posibilidades de una gramática universal, o el estructuralista británico de Firth, en el el eje central del estudio no es tanto la lengua como figura inerte, sino la lengua realizada en el hablar, es decir, lo expresado.

Estructuralismo americano o lingüística sociocultural:

Esta escuela postula varias teorías que han ayudado a ahondar en la lingüística, en primer término conviene señalar que su desarrollo es simultáneo al europeo, pues aparece en 1925 con la fundación de la Sociedad Americana de Lingüística, así como la revista Language. El personaje más denotativo de esta corriente es Boas, con su publicación Hadbook of American languages, pero quien destaca rotundamente es su estudiante Sapir. Este último, estimado como un estructuralista implícito, a través de su obra Languages la cual vio la luz en 1921, adoptó una visión mentalista y le concede gran importancia al estudio del contenido semántico y de los aspectos culturales del lenguaje.

En otro orden de ideas cabe destacar a Bloomfield, quien funda las bases de la nueva lingüística americana. Este experto en lingüística trabaja un concepto no mentalista, por lo que deniega la importancia del significado, puesto que no es un hecho tangiblemente visible. Sin embargo, si lo contempla como un hecho lingüístico, sus preceptos investigativos no le permite apreciarlo como objeto de estudio de la lingüística, cuestión que es ampliamente juzgada por eruditos más recientes.

El generativismo:

El Generativismo es conocido como la segunda teoría más relevante para entender la complejidad de la lengua.  Se toma 1957 como fecha puntual de su aparición en la esfera científica de la comunicación con la publicación del texto llamado “Estructuras sintácticas de Chomsky”, quien es visto como el principal exponente del Generativismo. Este libro se opone a ultranza a las disertaciones de Bloomfie.

El estudioso hace oposición, en primer término, a que los contenidos posean exclusivamente una dimensión lineal según planteaba Bloomfield. En otro aspecto, se deslinda de la postura taxonómica de que adopta el estructuralismo de Estados Unidos, lo que es igual, se piensa que el estructuralismo americano se olvida de responder preguntas como por ejemplo: ¿cómo se aprende una lengua?; en este sentido, la teoría generativista mantiene que los seres humanos son competentes para forjar un número contenidamente infinito de oraciones a través de un sistema finito de reglas bien definidas, así nacen las primeras reglas gramaticales.

Por otra parte, esto llevaría a la idea de que existe una gramática universal, se trata de un compendio de premisas y limitaciones subyacentes de la lengua que deberían aplicarse al aprendizaje de cualquier lengua nativa.

El perfeccionamiento de la gramática generativa se produjo en dos fases: la primera se dio en 1957 con la publicación de Estructuras sintácticas y abarcaría hasta 1965, allí se imprimió y difundió Aspectos de la teoría de la sintaxis, del autor Chomsky, con la que se iniciaría la segunda etapa. Algunas de las aportaciones más importantes en la primera de éstas fueron, entre otras: se define la gramática adecuada como aquella que genere todas las secuencias sintácticas y no las agramaticales, y establece tres niveles en la gramática representados por las reglas sintagmáticas, las transformacionales y las morfo-fonológicas, respectivamente.

En la segunda etapa, en cambio, Chomsky acepta el papel auxiliar de la semántica, instituyendo una lista de léxico y unas reglas de proyección. La estructura superficial, por su parte, se entenderá como las corelaciones expresadas antes de que intervengan las reglas transformacionales. Con la inclusión del significado al estudio aparece la reconocida como teoría estandarizada, que será seguida de la teoría estándar amplificada. Con posterioridad a 1965, cabe decir que una versión renovada de la gramática generativa con la teoría de la reacción y el ligamiento.

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Estudiante de medicina (ULA), escultor y trovador. Redactor y Editor.

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