7 Historias Cortas de fantasmas de miedo

Los fantasmas nacen del folklore de las culturas, creencias que persisten con el paso de los años, y que hasta nuestros días aun no tienen una explicación razonable, no podemos negar su existencia pero tampoco podemos afirmarla, lo que el hombre no conoce tiende a rechazarlo y a temerle por ello es normal que tengamos temor al referirnos a este tipo de contactos paranormales, aunque también hay que admitir la curiosidad que nos hace sentir el querer saber la verdad. Aquí les traemos 7 historias de fantasmas para contar a tus amigos.

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Si te gustan las ilustraciones presentadas aquí son del artista John Kenn, sin duda nos deja los pelos de punta

1 El caballito de madera:

No recuerdo mi edad con exactitud, tal vez tendría 7 u 8 años de edad, pero hay algo que si recuerdo muy bien y era mi habitación la cual abarcaba todo el segundo piso de mi antigua casa, una noche silenciosa y tranquila me encontraba acostado en mi cama, pero el silencio de la noche se vio opacado por ruidos que provenían del otro lado de la habitación, mi instinto me impulso a asomarme y pude notar que a lo lejos en la esquina más profunda e mi habitación comenzaba a moverse mi caballito de madera y cabe destacar que no había ni viento ni ningún otro estimulo que pudiera moverlo, intente no prestarle tanta atención y decidí acostarme para no pensar en ese incomodo momento, pero pude notar que el caballito de madera comenzaba a mecerse a tal velocidad que lentamente se arrastraba hasta el centro de la habitación, en ese momento ya mi miedo se estaba convirtiendo en pánico, el caballito continuaba meciéndose lentamente hasta detenerse justo al lado de mi ventana, ahí decidí meterme dentro de mis sabanas  como si de una protección sagrada tratase, para simplemente no ver nada de lo que estuviera ocurriendo afuera, juguetes comenzaron a caer al suelo, pisadas estremecieron la habitación, y el sonio era ya insoportable, poco a poco fue bajando la intensidad del sonido hasta que solamente quedo el rechinar del caballito de madera, y sutilmente me fui quedando dormido. La mañana siguiente pude percatarme que no era una pesadilla lo que había tenido, mi cuarto estaba completamente desordenado y el pequeño caballito de madera seguía en medio de la habitación apuntando hacia mí, mis padres por otra parte me reprendieron esa noche, dijeron que no habían podido dormir por los ruidos de mi cuarto, pensaron que había jugado toda la noche, nunca tuve el valor e decirles que no había sido yo, que había sido el caballito de madera meciéndose por toda la habitación.

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2 Taxista de turno:

Soy un taxista de turno nocturno, una noche tranquila que parecía ser de esas que nunca más recordaras una chica hermosa se subió a mi coche y pidió que la llevara más adelante, en una curva señalo hacia adelante y dijo – ahí fue donde un vehículo que corría en exceso de velocidad me atropello y morí- a lo que respondí rápidamente – lo sé, fue mi culpa- reímos un buen rato. Dese ese día la visito todos los sábados y le llevo flores a su panteón

Historias de fantasmas

3 La cabaña

Una tarde nublada un viejo cazador estaba decidido a traer para su casa algún premio que el bosque le proporcionara, decidido salió de su vivienda con escopeta en mano, se despidió de su pequeño pero ya viejo perro, fiel acompañante de sus pasadas caserías pero que el tiempo le había pasado factura y acompañar a su amo le resultaba ya difícil, el viejo monto su equipaje y partió al bosque en su camioneta 4×4, pasada unas horas llega a su destino y comienza su travesía a pie por los páramos helados, no obstante ningún animal se había topado con él y ya la noche se veía próxima, haciendo alarde de su experiencia decide seguir adentrándose al obscuro bosque con la seguridad de que más adelante encontraría su preciada presa, ya el sol se ocultaba en el horizonte y el viejo cazador yacía cansado al borde de un peñasco, – creo que mejor busco donde dormir- dijo el cazador y partió en busca de un buen lugar para pasar la noche, recobrar fuerzas y partir a la mañana siguiente por la búsqueda de algún animal despistado, pero el clima jugaría una carta que ni los medios de comunicación y ni su aplicación móvil del clima estaría preparada para prevenir, una tormenta llegaría en pocas horas, el cazador decide pasar la noche en un claro, pero poco a poco el frio gélido comenzó a hacerse sentir, con vientos fuertes que desprendían las ramas secas de los árboles, el cazador asustado ve al horizonte la tormenta que se aproximaba y toma la decisión de partir hasta su vehículo, fueron horas de caminata entre la lluvia y los vientos huracanados pero nada de encontrar el camino, su desesperación comenzaba a hacerse sentir, donde viera solo había maleza, agua, barro, arboles meciéndose como si danzaran con la lluvia, pero el cazador vio al final una pequeña cabaña en medio del bosque y decide correr a ella, -hola hay alguien- nadie contesto, decidido a entrar irrumpe la puerta que no mostro resistencia alguna, dentro de la cabaña solo había un salón, la obscuridad era implacable y su linterna comenzaba a fallar, coloco su bolsa de dormir en medio del salón y sin preguntarse más nada decidió acostarse, antes de conciliar el sueño alumbro a las paredes de la cabaña y  se percató abrumado que habían retratos en las paredes, personas calvas, deformes y con ojos huecos yacían en esos cuadros, -que enfermo quien hizo estos retratos- pensó el cazador pero su cansancio dominaba sus sentidos, la poca luz que emanaba la linterna no permitía ver más allá de esos retratos que casi se ocultaban con la luz, poco a poco el cazador se desvaneció entre el sueño. La mañana siguiente el viejo se despierta con una fuerte luz en su cara, alza su mirada y perplejo y aterrado sale corriendo dejando todas sus pertenencias en esa misteriosa cabaña, fue la última vez que salía a cazar y la última vez que se pensó siquiera pasar cerca de ese bosque, pues el viejo cazador se había percatado esa mañana que no eran retratos, eran ventanas.

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4 El carretón fantasma

 Cuentan los ancianos que en Puerto Cabello una hermosa ciudad venezolana abundan las leyendas, incluso hoy día aun asustan a los pequeños de la casa cuando se portan mal, ‘’si no quieren que se los lleve el carretón fantasma es mejor que hagan caso a sus padres’’. De la época de la colonia proviene su historia, un carretón que corre por las viejas calles envuelto en llamas en dirección hacia el Fortín.  Una carreta grande en llamas, tirada por cuatro enormes caballos oscuros como la noche, pero que desprenden brasas ardientes, manejada por un hombre encorvado de mirada penetrante y con sonrisa de punta a punta, si logras verlo alejarse puedes ver las almas que transporta intentando liberarse. Así que si ves al carretón fantasma cerrad puertas y ventanas y que el silencio sea tu único aliado y un credo tu defensa divina.

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5 Sexto piso:

Una noche oscura sus pensamientos retumbaban al unísono del tic tac del reloj, el frio gélido congelaba la punta de su nariz, decidió taparse completamente con sus sabanas hasta lo más profundo de su cama, donde solo había espacio para ella y su soledad, de repente un escalofrió nació desde su espalda y recorrió su medula espinal hasta morir en su nuca, su corazón comenzó a latir como galope de caballo, alguien tocaba su ventana cada vez más fuerte, hasta que simplemente dejo en silencio el cuarto, al parecer la leyenda que le contaba su vecina era cierta alguien le gustaba visitar su habitación en el sexto piso de la residencia.

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6 Armario

Lo único que pude ver fue el reloj que marcaba las 12:07 minutos mientras ese espectro clavaba sus garras sobre mi pecho, sus ojos vacíos como la noche y su boca se hacía cada vez más grane ante mí, pensé que moriría pero al instante despierto y me doy cuenta de que todo fue un sueño, pero antes de volver a conciliarlo veo mi reloj y me doy cuenta de que son las 12:06 y que el armario de mi habitación comenzaba a abrirse lentamente.

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7 Una historia real ‘’experiencia del escritor del articulo’’

Tenía 10 años, vivía en san francisco un pequeño pueblo rural del estado Mérida, era viernes de semana santa, no habían pasado las siete de la mañana cuando mi madre nos despierta a mí y mi hermano –hijo, párense papá vamos a la iglesia- realmente quede perplejo al ver que mi padre también se alistaba para acompañarnos, tomando en cuenta que él no era muy creyente y menos de ir a misa dominical, quede con la intriga ya que se veían nerviosos, por mi mente nacía la idea de si había muerto alguien importante, pero nunca me preparo la lo que oiría en esa iglesia, al salir a la puerta y subir hasta el templo pude apreciar que subían personas a la misma misión, el número de vecinos que se encaminaban con nosotros me llamo aún más la atención, pero nuestra madre nos mantenía en secreto el motivo de tal alboroto. Esa semana santa había dos seminaristas que acompañaban las celebraciones que se practicaban, se encontraban en la puerta de la iglesia recibiendo al pueblo, la iglesia se abarroto completamente y logramos colarnos hasta estar en las primeras filas del lado derecho, cuando el padre comenzó la misa claramente dio a conocer los hechos que me dejaron perplejo y como cualquier niño de 10 años el miedo tomo la batuta durante todo el día y los días consiguientes – queridos hermanos, sabemos los hechos ocurridos en la madrugada, por ello vamos a orar por el descanso eterno de esas almas en pena- Resulta que la madrugada unos alaridos transcurrieron por todo el pueblo, una mujer gritaba de maneras desgarradora, y sus gritos se triplicaban a la distancia, la mayoría del pueblo la escucho esta noche, y unos campesinos que salieron en busca de la mujer lograron ver en la cuenca del rio como una luz blanca en forma humana bajaba por la quebrada. Este hecho fue real en el año 2006 aun recordamos esa extraña situación con gracia pues nuestro padre no tuvo el valor de buscarnos en el cuarto mientras nuestra madre le pedía que nos buscara ya que posiblemente estaríamos despiertos y muertos de miedo, aun doy gracias de que esa noche mi hermano y yo estábamos profundamente dormidos.

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